Desde el Blog de Bisuteriashop.com y siguiendo con la temática de gemas y
piedras preciosas, vamos a abordar una interesante, bella y desconocida piedra
preciosa LA TURQUESA.
La turquesa, bellísima piedra de
color azul, verdoso (turquesa), ha cautivado desde su descubrimiento a gente de
todas las culturas y civilizaciones; se tiene constancia de que los antiguos
egipcios, ya las utilizaban de forma sublime en sus joyas y adornos, también usada por algunos pueblos nativos del
continente americano, que veían en ellas, pequeños trozos de cielo, con poderes
mágicos y un gran significado espiritual.
El origen de la palabra
La palabra “turquesa” es muy
antigua y deriva del francés “pierre turque” (piedra turca) ya que se asociaba
con los mercaderes turcos que la introdujeron en Europa a través de la Ruta de
la Seda.
La ruta comercial de la Seda era
la encargada de transportar todo este material que se encontró en Turquía y
llegaba a tierras de Europa Occidental.
Al llegar a estas nuevas tierras
rápidamente ganaron popularidad, su posesión era símbolo de estatus, poder y
buen gusto, por eso, era tan importante poseer tan preciada piedra en alguna
joya u ornamento en la cual estuviese presente. Era tal el lujo y la clase que otorgaba dicha piedra,
que para poseer una de estas preciadas piedras, se debía ser muy poderoso y
cada vez más, para poder para contar con un pedazo de turquesa como accesorio o
para el adorno del palacio o castillo. Cuentan las crónicas, que incluso
Napoleón I fue el primero en ofrecer este regalo a su esposa, María Luisa, algo
que quedaría en la tradición de la familia por generaciones.
Historia
Las
tonalidades de la turquesa han sido apreciadas en muchas culturas de la
antigüedad: han adornado a los gobernantes del Antiguo Egipto, a los Aztecas (
y posiblemente otras culturas mesoamericanas precolombinas), se tienen
vestigios de que era piedra apreciada y utilizada por los Persas, Mesopotamia,
civilización del valle del Indo y China desde al menos, la Dinastía Shang.
A pesar
de ser una de las gemas más antiguas, y probablemente la primera en ser
introducida a Europa a través de Turquía, por los comerciantes, junto a otros
exóticos productos provenientes de la ruta de la seda, la turquesa no se
convirtió en una piedra ornamental importante hasta el siglo XIV. No se tienen vestigios ni conocimientos de ella en la India,
hasta el periodo Muhgal, y lo mismo ocurre en Japón, no es hasta el siglo
XVIII, cuando aparecen accesorios y joyas, adornados con turquesa.
Para
muchas de estas civilizaciones, existe un nexo y creencia común, las cuales
otorgaban a la turquesa, ciertas cualidades sanadoras y protectoras; se pensaba
que según fuese el estado de salud de su poseedor, esta, cambiaba de color,
portegiéndolo de fuerzas malignas.
La
civilización Azteca, realizaba piezas de orfebrería, tales como máscaras
(algunas de las cuales tenían como base una calavera), con fines
ceremoniales, incrustando turquesas
junto con oro, cuarzo, malaquita, azabache, jade, coral y conchas, así como
material bélico como, cuchillos y escudos. para unir las turquesas a la base de
material, que generalmente era madera, aunque también se utilizaban huesos y
conchas marinas. se usaban, resinas naturales, betún y cera Para ellos la turquesa era la “piedra de los
Dioses” y la utilizaron como amuleto poderoso contra el mal y en sus armas con
el fin de aumentar su eficacia en el ataque.
Los
antiguos egipcios usaron la turquesa para confeccionar tanto sus adornos como
sus amuletos. El escarabajo se elabora con este material, y los “pectorales”,
como el encontrado sobre la momia de Tutankamon, estaban elaborados en oro
cincelado con incrustaciones de turquesa y otras piedras preciosas.
También
fue conocido por los antiguos romanos: fue utilizado para un busto del
emperador Tiberio, conservado en el Museo de Plata de Florencia.
En los escritos de la antigua roma, ya, Plinio el Viejo, en su
Historia Natural, la denominaba callaina, del griego callalithos (piedra
bella), para demostrar que era una piedra muy usada y apreciada.
Yacimientos
Por lo
menos desde hace 2000 años, la región de Irán (alguna vez conocida como Persia)
se ha mantenido como la fuente de abastecimiento de turquesas más importante.
Los antiguos egipcios las extraían de la península del Sinaí, llamada “País de
las turquesas” por los nativos.
China ha
sido un yacimiento de menor orden desde hace 3000 años o más, se han encontrado
gemas de calidad, en la forma de nódulos compactos en Yunxian y Zhushan, en la
provincia de Hubei.
Marco
Polo relató haber encontrado turquesas en Sichuan. Otros lugares donde se explota
este mineral son: Afganistán, Australia, el norte de Chile y Turkestán.
Las propiedades de la piedra
turquesa
Turquesa ha
sido apreciada siempre como una piedra sagrada, un amuleto de buena suerte o un
talismán.
El uso de este mineral ha sido asociado a bienestar
y salud, sobre todo a nivel espiritual. En el pasado, se pensaba que
la turquesa cambiaba de color de acuerdo al estado de ánimo en el que se
encontraba su portador.
Referido
al área psicológica, se dice que la turquesa fortalece la claridad mental y
ayuda a mantenerse calmado, sin restar atención a lo importante. De igual
forma, se le atribuye la cualidad
de estabilizar las emociones y evitar crisis nerviosas.
La turquesa era conocida por los árabes como la
“piedra de la suerte”, pero los turcos tenían su propia
forma de llamarla: “Talismán del jinete”. Incrustada en oro y guindada como
collar, servía para proteger al jockey de una caída. Era necesario colocarla
también en las riendas del caballo, para mantener protegido al animal.
Es
un amuleto esencial en la maleta de cualquier viajero, sobre todo si se dirige
a un destino que sufre inestabilidad política. Se dice que Cristóbal Colón no
salía sin la suya para emprender sus travesías.
Zodiaco:
Acuario
Tipos de turquesa
Turquesa natural:
La turquesa natural se
toma directamente de la mina y luego se corta en todo tipo de formas. No está
sometida a ningún tratamiento sintético. Los colores de la turquesa natural
pueden enriquecerse con el paso del tiempo.
La turquesa
natural es la más valiosa y es utilizada para crear piezas de joyería.
Turquesa tratada
En lo que se refiere a las “turquesas tratadas” son turquesas
auténticas de baja calidad que han sido sometidas a determinadas operaciones
para mejorar sus cualidades. Así, pueden haber sido “realzadas”,
“estabilizadas” y “reconstituidas”. El proceso de “realzar” las turquesas es
una práctica muy antigua que incluye “recubrimientos” con aceites o ceras y
“teñidos”, para mejorar su color.
Turquesa tratada ha existido durante siglos. Los
primeros tipos involucrados en un fino aplique de aceite o cera sobre la
piedra, haciendo que brille y profundizar el color. Este tipo de turquesa
tratado tiende a "sudar" cuando se expone al calor o la luz solar y
puede enturbiarse con los años; Sin embargo, el tratamiento a veces puede
volver a aplicar con éxito.
Para mejorar
o realzar el color o hacerlo más uniforme, algunas piezas de Turquesa se
tiñén. Azul de Prusia es el colorante
más común usado en este tratamiento. Aunque visualmente pueden resultar más
atractivas, a algunas personas no les gusta la turquesa teñida, ya que
consideran que es artificial, y que a veces el color puede transferirse a la
piel o textiles o incluso perder dicha coloración o teñido.
La
turquesa es una de las gemas más falsificadas, imitadas, tratadas, y
adulteradas en el mundo de la joyería.
Ya en el Antigo Egipto se elaboraban imitaciones de turquesa, como la llamada
Kyanos, una mezcla de cuarzo, malaquita, y calcita, también se utilizaban
cristales teñidos, alguna de estas imitaciones se encuentran en las joyas de
Tutankamón.
Es una piedra escasa y difícil de encontrar, sobre todo si son, turquesas de
alta calidad, por ello, y ante la demanda creciente del público, se han
desarrollado diferentes sistemas para "crear" nuevas
"turquesas"o imitaciones de turquesa.
A las turquesas tratadas también se les suele llamar turquesas reconstituidas o estabilizadas.
Turquesa
estabilizada:
La
turquesa estabilizada es
turquesa natural que no cambia su color a través del tiempo, por lo general, se
corta en grandes trozos.
El proceso de “estabilización” fue
desarrollado en 1948 por Colbaugh, consiste en endurecer e intensificar el
color de los ejemplares de bajo grado, por inmersión en determinados polímeros.
En estas turquesas estabilizadas se suelen reconocer fácilmente, a simple vista
o con una lupa de pocos aumentos, restos del polímero utilizado en el proceso,
que permanecen incrustados en grietas y oquedades.
Turquesa
reconstituida
La turquesa
reconstituida, o lo que se conoce normalmente como: "polvo de
turquesa", se elabora con polvo o fragmentos de turquesa natural de menor
calidad, que se compactan mediante un procedimiento en el que se utiliza calor
y presión, en algunos casos añadiendo componentes que mejoran el color.
Imitaciones de
turquesa:
Existen minerales como la crisocola, o la
variscita, que pueden parecerse a la turquesa aunque su composición sea
diferente, y otros minerales naturales que se tiñen para imitar la turquesa,
como son la magnesita, howlita o la calcita; se comercializan con el nombre de turquenita o turquesa blanca.
¿Y qué es
una turquenita?
Es el
resultado de teñir la Howlita, que es un mineral blanco, con trazas y vetas
negras muy similares a las de la turquesa.
Resulta
fácil confundirla y el resultado parece una turquesa que a la vista puede
parecer una turquesa canadiense o africana.
La
Howlita es un mineral natural auténtico.
Turquesa africana
Aunque la turquesa africana se llama
turquesa, en realidad no es turquesa en el sentido tradicional, sino que es un
tipo de jaspe extraído en África.
La "turquesa africana"
contiene cristal de cuarzo, lo que le da un aspecto opaco. También contiene
otras impurezas, como cobre y hierro, que ayudan a formar su hermosa paleta
moteada.
Debido a su composición e
inclusiones, la turquesa africana es en realidad mucho más dura que la turquesa
tradicional, por lo que es perfecta para lijar cuentas de perlas para pulseras
cotidianas.
La turquesa africana se usaba
ampliamente en la antigüedad: algunos pueblos consideraban la turquesa africana
como un regalo de Dios, mientras que los indios estadounidenses consideraban
que la turquesa africana era el espíritu del mar y el cielo azul. Los persas
creían que mirar la turquesa africana por la mañana podría traer buena suerte
al día; los egipcios usaron turquesa africana para esculpir al dios del amor
para defenderse.
Los beneficios de la "turquesa
africana"
La turquesa africana es la
"piedra de la evolución". Fomenta el crecimiento y el desarrollo
personal y promueve cambios internos positivos. Abre la mente a nuevas ideas e
infinitas posibilidades. Se cree que la "turquesa africana" ayuda a
aliviar los cambios de humor, alentar la aceptación y aliviar los sentimientos
de deterioro emocional, haciendo que las personas sean más optimistas sobre la
vida. Llévelo y se sentirá inspirado, cómodo y seguro mientras explora nuevas
oportunidades.
Usos
La Turquesa es una gema
ornamental de elevado precio y con usos muy variados en la industria de la
joyería.
Es
la más delicada de las piedras preciosas. Basta una utilización poco cuidadosa
para hacerla palidecer y todavía para hacerla cambiar de color: la
transpiración corpórea (grasa, sudor, anhídrido carbónico), las soluciones
jabonosas y las salinas (y por tanto el agua del mar) los perfumes y los
cosméticos, son los peores enemigos responsables de la transformación que en el
transcurso de algunos años reducen una espléndida gema celeste en un
insignificante objeto verde amarillento. Los mismos fenómenos suceden algunas
veces por excesiva y prolongada exposición al sol o por parcial deshidratación
causada por un ambiente seco o muy recalentado.
Siempre han despertado un extraordinario atractivo en el mundo de la
joyería. La suavidad de su tonalidad sirve de ideal complemento del vestir
femenino. También se le llama, la piedra de “La amistad”. Por ello se considera
un bonito detalle de amistad, regalar Turquesas como símbolo de agradecimiento o consideración hacia
otra persona.